27/4/12

La ruleta

Cada uno descubre nuevas cosas en la vida, nuevos caminos, nuevas puertas que se abren para un "mundo mejor", cuando en realidad es un obstáculo que nos pone la vida para ser mas fuertes. Cuando creemos que no podemos superarlo y nos damos por vencidos, es cuando más debemos luchar para salir adelante y demostrar que somos más fuertes que ese obstáculo. También aparecen nuevas actitudes, cambios grandes en nuestras vidas, personas que quizás no eran las que pensábamos o que quizás juzgamos mal antes de saber la realidad. Cada cambio es un desafió, cada desafió es un obstáculo y cada obstáculo es un problema, solo hay que saber enfrentarlos y nunca darse por vencidos porque si todo fuese así, nunca sabríamos que hacer ante circunstancias peores, solo hay que experimentar cosas nuevas y pensar en la forma de superarlas con el menor daño.

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A medida que pasa el tiempo, te das cuenta de cómo van cambiando las cosas. El día de hoy, ya no crees lo mismo que pensabas ayer. Lo que sientes hoy, es diferente a lo que sentiste tiempo atrás. Las personas que quisiste, o creíste hacerlo ahora pasan a ser parte de tus recuerdos, y todos esos ‘te quiero’ te das cuenta que no son ciertos. Y es que las personas cambian, el tiempo avanza, los sentimientos varían y cada día, con cada cosa que te pasa aprendes algo, que influye en tu manera de ver la vida. ¿Cuántas veces sentiste que se te venía el mundo abajo porque la persona que creías amar se marchaba de tu vida? ¿Qué hiciste? Lloraste, pataleaste, sufriste, te amargaste. Pero el tiempo pasó, y poco a poco la herida sanó. Conociste a otra persona que te devolvió la alegría, la esperanza, la ilusión y ese sentimiento que tanto querías enterrar, renació. Volviste a sentirte con vida, volviste a creer en el amor. Pero ya no era la misma persona, era otra. Y pudiste decir de nuevo, ‘te quiero mi amor’. ¡Cómo es de irónica la vida! Muchas veces nos tropezamos y nos golpeamos tan fuerte que quedamos inconscientes. Pensamos que ya nada tiene sentido, el motor de vida se apaga, te viene el desgano, la rabia, la impotencia, la desilusión y la decepción. Juras no volverte a enamorar. Empiezas a desconfiar, empiezas por jugar y pasarla bien, pero luego la ruleta de la vida te pone a otra persona que te devuelve todo aquello que te quitaron tiempo atrás y el ciclo se repite.